Valeria, una niña llena de amor y esperanza, vive en Manizales con su madre, quien la cuida con esmero, y su padre, que trabaja con dedicación para mantener el hogar. A los 7 meses, su vida cambió de manera inesperada al ser diagnosticada con una cardiopatía congénita durante un control rutinario. El mundo de su familia se llenó de incertidumbre y preocupación.

En 2017, la familia se enteró de la jornada anual de cardiología pediátrica organizada por la Fundación Pequeño Corazón en colaboración con la Fundación Cardioinfantil de Bogotá. Con gran ilusión y esperanza, gestionaron su inscripción, aferrándose a la posibilidad de un futuro mejor para Valeria. En la jornada, Valeria recibió atención médica especializada gratuita, y el equipo médico confirmó su diagnóstico, estableciendo la necesidad de un seguimiento constante. A pesar de las dificultades y del miedo, Valeria y su familia asistieron valientemente a cada brigada anual, luchando juntos contra la adversidad.

Desde entonces, la familia se ha convertido en una parte fundamental del programa social de la Fundación. Han encontrado no solo el apoyo médico necesario, sino también un refugio de amor y comprensión. Participan en espacios lúdicos y educativos, reciben apoyo socioemocional y controles especializados en cardiología. En cada jornada, Valeria ha demostrado ser una guerrera, enfrentando cada desafío con una sonrisa que ilumina el camino.

En la última jornada de mayo de 2024, se determinó que era el momento adecuado para su cirugía. La noticia trajo consigo una mezcla de miedo y esperanza, pero la Fundación organizó el viaje a Bogotá, brindando apoyo económico, social y emocional para preparar a la familia.

El 19 de julio de 2024, Valeria se sometió a una cirugía cardíaca de alta complejidad en la Fundación Cardioinfantil. Con el corazón lleno de fe y amor, sus padres esperaron con ansias el resultado, aferrados a la esperanza de ver a su pequeña sana y feliz. La intervención fue un éxito, abriendo un nuevo capítulo lleno de salud y oportunidades para Valeria.

Hoy, con gran alegría y gratitud, Valeria regresa a casa con un corazón lleno de vida y esperanza. Su historia es un testimonio de la fuerza del amor, la solidaridad y la resiliencia. Cada paso del camino ha sido posible gracias al apoyo desinteresado de muchas personas que han creído en ella.

¿Quieres hacer parte de esta oportunidad de vida? Haz un aporte económico y ayuda a que más niños como Valeria puedan tener un futuro lleno de esperanza y salud. Tu apoyo puede marcar la diferencia

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