Juan David tiene apenas 12 años, pero ya conoce lo que significa luchar por la vida. Vive en Manizales junto a su mamá, su abuela y sus primos, quienes han sido su refugio en medio de la adversidad. Desde pequeño enfrentó infecciones respiratorias y un soplo cardíaco que preocupaban a su familia. Aunque su mamá lo llevaba con constancia a controles médicos, la salud de su hijo no mejoraba.

El destino comenzó a cambiar este año, cuando una familiar se enteró de la jornada de cardiología pediátrica realizada en mayo gracias a la alianza entre la Fundación Pequeño Corazón y la Fundación Cardioinfantil. Allí, un equipo médico especializado confirmó lo que tanto temía su mamá: Juan David necesitaba una cirugía urgente para proteger su vida.

Desde ese momento, la familia no estuvo sola. De la mano de la Fundación Pequeño Corazón, iniciaron la ruta de atención. Participaron en espacios educativos, recibieron acompañamiento y apoyo social, y encontraron en nuestra misión un abrazo que les dio fuerza en los momentos más difíciles.

El 3 de julio de 2025 llegó el día esperado. Juan David viajó a Bogotá para su cirugía, un procedimiento delicado pero lleno de fe y esperanza. La noticia que todos anhelaban finalmente llegó: su operación fue un éxito.

Hoy, su corazón late más fuerte que nunca. Su sonrisa ilumina el camino de su familia y nos recuerda por qué vale la pena cada esfuerzo: porque detrás de cada niño hay un futuro lleno de sueños que merecen hacerse realidad.

En la Fundación Pequeño Corazón trabajamos incansablemente para que más niños, como Juan David, tengan acceso a un diagnóstico oportuno, tratamiento adecuado y la oportunidad de seguir viviendo.

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